El
cartílago articular tiene una limitada capacidad regenerativa,
debido a la ausencia de vasos sanguíneos y el bajo potencial mitogénico
de los condrocitos. El mecanismo de reparación del cartílago
dañado es a través de la perforación e infiltración
de células stem provenientes de la médula ósea de
la lámina subcondral. Comúnmente, el tejido reparado consiste
en fibrocartílago que no tiene las mismas propiedades biomecánicas
que el cartílago hialino intacto. Dependiendo de la localización
y el tamaño, el defecto puede progresar resultando en osteoartritis.
Para prevenir este proceso devastador, el objetivo de la cirugía
es el de restaurar la estructura y función del cartílago
articular hialino.
Los pobres resultados a largo término con las modalidades de tratamiento convencional indujeron a los investigadores del Hospital for Joint Diseases en Nueva York a desarrollar técnicas de implante de condrocitos autólogos a principios de la década de los '80. La evolución de esta investigación continuó en la Universidad y el Hospital Universitario de Sahlgrenska en Goteborg, Suecia, quienes publicaron en octubre de 1994 en el New England Journal of Medicine los resultados favorables de 7 años de experiencia con esta técnica (ver texto completo del artículo en "bibliografía seleccionada"). Información reciente proveniente del mismo grupo de trabajo, confirmó los beneficios a largo plazo publicados en el artículo mencionado. En febrero de 1997, estos cirujanos reportaron, en 92 pacientes con seguimiento de 2 a 9 años, 88% de mejoría para pacientes con lesiones femorales. Más importante aún, reportaron mejoría en el 96% de los pacientes tratados por defectos únicos aislados, localizados en sitios de soporte de peso del fémur. Hasta el presente, se han registrado más de 6000 procedimientos de este tipo provenientes de numerosos centros en EE. UU. y en Europa, constituyendo una alternativa válida para patologías traumáticas y/o incipientemente degenerativas del cartílago articular. |
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