Terapia
celular del infarto de miocardio || (ver
tabla) Las células "stem" son los ancestros de las células progenitoras y de aquellas más diferenciadas que componen y llevan a cabo las funciones de tejidos y órganos. A lo largo de su vida postnatal, las células "stem" regeneran tejidos que continuamente pierden células por maduración y senescencia como las capas epiteliales de la piel, las mucosas pulmonares e intestinales y tejidos conectivos como hueso, cartílago y músculo, además de la sangre y médula ósea (17). Las células "stem" aparecen durante el desarrollo embrionario y fetal tardío y sobreviven en tejidos adultos. Por mucho tiempo se consideró que estas células tenían restricciones en cuanto a la potencialidad de su desarrollo. Sin embargo, estudios recientes sugieren que las células "stem", presentes en adultos pueden tener la capacidad de diferenciarse en tipos celulares diferentes a aquellos del tejido en el que residen (18). Este nuevo concepto, englobado en el término "plasticidad celular", permite el ingreso a una nueva fase en la biología de las células "stem" de enormes perspectivas para la medicina regenerativa. Se ha reportado que el estroma de la médula
ósea contiene otras células no hematopoiéticas,
llamadas células "stem" mesenquimales, las cuales tienen
capacidad de diferenciarse en múltiples linajes como hueso, cartílago,
músculo, tendón y grasa (19). Durante la última década se han efectuado
diferentes intentos para reparar infarto de miocardio en distintas especies
animales como perro, rata, conejo, ratón y en humanos (23). Estos
estudios involucraron una variedad de protocolos de terapia celular
para reemplazar los miocitos perdidos con células contráctiles
autólogas o heterólogas inyectadas en o alrededor del
área de necrosis. Los dos tipos celulares más usados han
sido: mioblastos esqueléticos y cardiomiocitos neonatales o embriónicos,
mostrando una mejora en la función cardíaca (24). Sin
embargo, ha sido difícil demostrar beneficios a largo plazo,
así como la integración y el acoplamiento eléctrico
de las células trasplantadas con el miocardio receptor. Así,
la incapacidad de los mioblastos esqueléticos a transdiferenciarse
en cardiorniocitos y formar "gap junctions" con los miocitos
hospedadores, ha sido responsable de la arritmia en el mecanismo de
"re-entrada". El uso de miocitos cardiacos neonatales o fetales,
de líneas celulares derivadas de ellos o de células "stem"
embrionarias podría solucionarlo (25-27). Sin embargo, si lo
extrapolamos a lo humanos, además de la dificultad en obtener
suficientes células para hacer una diferenciación funcional,
esta estrategia requeriría el uso de células heterólogas,
con los problemas de histoincompatibilidad que esto ocasiona. |
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La reconstitución del miocardio puede ser llevada a cabo utilizando células autólogas que puedan ser fácilmente obtenidas, y que una vez ubicadas en el miocardio, se afinquen en la lesión con una efectiva capacidad de replicación, un bajo riesgo de transformación neoplásica y que puedan diferenciarse en cardiomiocitos normales, tanto morfológica como bioquímica y funcionalmente. Las células "stem" hematopoiéticas adultas son capaces de reconstituir a largo plazo al sistema hematopoiético. Lo consiguen al replicarse y diferenciarse en células progenitoras con capacidad de regeneración en el corto plazo. Reportes recientes mostraron que estas células son capaces de diferenciarse en neuronas, hepatocitos y músculo esquelético (28). Estas observaciones llevaron a analizar si las células "stem" de médula ósea eran capaces de transdiferenciarse en células cardíacas, inyectándolas en la zona periférica de un infarto reciente. Estas células implantadas, se amplificaron varias veces e indujeron regeneración de miocardio, la que se extendió al área completa de necrosis. Se observó, además, que la pared ventricular generada, se componía de pequeños miocitos con sarcómeros bien definidos y positivos para todos los marcadores citoplasmáticos y nucleares de cardiomiocito. Finalmente, el miocardio formado se contraía sincrónicamente con, el resto del vehtrículo (29). Por lo tanto, las células "stem" de médula ósea fueron capaces de generar los 3 tipos celulares del corazón: miocito, endotelio y músculo liso vascular. Varios grupos han reportado resultados preliminares de ensayos clínicos en fase I en pacientes con cardiopatía isquémica, algunos de los cuales se resumen en la Tabla I. En estos estudios se usaron como fuentes de células "stem" autólogas médula ósea (MO) o sangre periférica (CPSP) con o sin estimulación con G-CSF. Se han utilizado diferentes criterios de selección de células "stem", como así también se realizaron diferentes técnicas de implante, cateterización de zona isquémica o directamente en miocardio en márgenes de la zona de infarto durante cirujía de bypass. Todos ellos concluyen que la infusión de células es segUra y que en algunos pacientes hubo incremento en la funcionalidad miocárdica. Cabe anticipar que en el futuro el procedimiento podrá ser optimizado, estableciendo el intervalo apropiado entre el infarto y el implante, así como el número de células y el subtipo celular reinfundido. Estas experiencias recientes sugieren que la obtención de células totipotenciales a partir de la sangre y/o médula ósea representa una avenida terapéutica innovadora para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca severa, sobre todo, debida a cardiopatía isquémica. |
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